domenica, novembre 15, 2015

Mi homenaje a Berugo



El peor final que di durante mis estudios de grado fue el de Fisiología del Comportamiento Animal, en agosto de 1997. Es significativo ese dato, porque esa materia fue una de las que me motivaron a estudiar Biología.

Mi actuación en ese final me recordaba enormemente a un sketch del programa "Yo amo a Berugo". En ese sketch, Berugo Carámbula representaba a un estudiante de Medicina que debía rendir un final evaluado por un profesor severísimo y extremadamente exigente, representado por Arturo Bonín.

En mi caso, los profesores que estaban a cargo de la materia y de tomar el final eran Héctor Maldonado y Arturo Romano. Sí exigentes en cuanto a la calidad del examen, sí también muy buenos docentes e investigadores de excelencia. Al contrario del profesor del sketch, mis profesores de Fiosiología del Comportamiento no tenían ninguna actitud autoritaria.

El examen era oral y éramos muchos los inscriptos para la fecha original. Era un jueves, la lista de alumnos era larga y promediando la tarde los docentes decidieron  dividir la toma de examen en tres fechas. A mí me tocó el lunes siguiente, junto a mi amiga Silvana.
En parte, la nueva fecha me era favorable, tendríamos más tiempo para repasar. Viernes, fin de semana, lunes hasta la hora indicada para rendir.

El lunes lo pasamos con Silvana en la biblioteca. Nos contábamos cada unidad el uno al otro. Algunas cosas nos las explicábamos. Yo, muy entusiasmado con el curso llegué a explicarle algunos temas... Llegó la hora para Silvana. Entra... da examen, sale. ¡Se había sacado nueve! Buenísimo.. ahora me toca a mí..
Peeero... a esa altura yo ya venía sin descansar desde varios días atrás, mis fuierzas me abandoban.
Me senté entre Arturo y Héctor, en esa posición, el primero a mi izquierda, el segundo a mi derecha. Maldonado comenzaba a hacerme preguntas.. y yo no le entedía. No era el concepto lo que no entendía, sino el idioma. Era una persona de una gran cultura, de una dicción impecable, una voz muy clara, además de un gran catedrático. Era como si yo estuviera dando el examen en la mismísima Academia de Atenas y que el examen me lo estuviesen tomando Sócrates y Aristóteles en persona.. porque yo entendía las vocalizaciones de los profesores como si hubieran sido emitidas en griego clásico.
Trataba de responder y me salían incoherencias.. debo haber incluido oraciones finalizadas en la palabra "que".
Lo peor es que Arturo se daba cuenta de que me pasaba algo raro, pues había temas que yo no podía ignorar. En clase yo participaba, comentaba, preguntaba. Trataba de orientarme para que respondiera bien.. ¡Y no había caso! Le pasaba como a su tocayo Bonín en el sketch.

Revivamos la escena:

Héctor Maldonado: ¿Entonces, qué fenomeno se pruduce en ese caso?

Mordi: ....


Arturo Romano: Sí, si lo sabés, como el ejemplo que vimos en clase.

M: ...

AR: la Fa...

M: ..

AR: Faci...

M: Faci... ¿...?

AR: Facilita...

M: ....¡tura!


A pesar de los malos pasos, pude contestar algunas preguntas correctamente y exponer algunos conocimientos básicos... me llevé un poco honroso 4 y el autógrafo de Maldonado en la libreta.



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