Hace algún tiempo, dediqué una nota a la segunda atracción turística de Copenhague, Christiania.
En esa nota, apenas hice una velada referncia a la primera atracción turística, la estatua de La Sirenita. Esta estatua recuerda a la protagonista del cuento de Hans Christian Andersen. En danés, la estatua (y el personaje que la inspirase) se llama "Den lille havfru". Acaso, debiéramos traducir su nombre como "La nereidita" (al pie, más información).
Es una estatua que ha sufrido agresiones de diverso tipo. Las más vehementes han sido las decapitaciones. En una de ellas, la cabeza original no fue recuperada y los restauradores debieron pegarle una cabeza nueva.En esa nota, apenas hice una velada referncia a la primera atracción turística, la estatua de La Sirenita. Esta estatua recuerda a la protagonista del cuento de Hans Christian Andersen. En danés, la estatua (y el personaje que la inspirase) se llama "Den lille havfru". Acaso, debiéramos traducir su nombre como "La nereidita" (al pie, más información).
Esta estatua sufre el destino de otros lugares de renombre, como el "Manneken pis", de Bruselas, la Scala, de Milán, la esquina de Durazno y Convención, de Montevideo, o la estación de Atocha, de Madrid. Uno llega, emocionado por las odas de grandes poetas o por el márketing de los folletos turísticos.. y resulta que se desilusiona.... "ah, era esto, buohf..."
Para que los turistas no pierdan las ansias de comprender qué es lo que tanto conmueve de la Sirenita, otros artistas han retomado el tema y han producido otras dos estatuas que se encuentran a orillas del Øresund, en el puerto de Copenhague.
Una de ellas, menos figurativa y menos pensativa que la original, me recuerda a las figuras de Miró o de Picasso. También podría interpretarse como una advertencia sobre los posibles efectos del calentamiento mundial.
En la zona de los "outlets" del muelle de Langelinie, especie de Munro escandinavo, han puesto otra estatua, más grande y atractiva. Menos reflexiva, menos cavilante que la original. Menos inquietante y abstracta que la segunda. Aún así, nos invita a recordar viejas épocas y refrescar en nuestra memoria la imagen de la querida Coca Sarli.
Nota al pie: Para explicar por qué una "havfru" es una "nereida" y no una "sirena", presentaré dos ejemplos en los aue sirenas y nereidas cobran protagonismo. El caso más clásico y célebre mundalmente es el de Odiseo (Ulises, para los latinos) , quien debió hacerse atar a un mástil para evitar la atracción del canto de las sirenas que sobrevolaban sus naves. Es decir que las sirenas mediterráneas, las que pudo oír Odiseo, son seres voladores. Por lo tanto, no son "mitad mujer y mitad pez", como las nereidas descritas por los griegos en otras historias, sino que las sirenas tienen voz femenina de una extrema sensualidad y alas que les permiten volar. Otro ejemplo, más sárcino, nos remite a recordar la marca de sardinas "Nereida". Niguna otra empresa dedicada a la venta de sardinas envasadas utilizó el nombre "Sirena". Y los pescadores y los pescaderos saben de estas cosas.