Va una nota cortita sobre un pasaje por Tolosa, durante la primera vuelta elctoral de las elecciones presidenciales francesas. Fue un día con muchas expectativas para algunos.. para los franceses, para los europeos en general, para los que estamos esperando un cambio. Acaso no estemos esperando un cambio de gobierno o un cambio generado desde el gobierno. Sino que el hecho de que el pueblo decida votar otra cosa significa que quiere otra cosa o, más gravemente, que necesita otra cosa. Lo positivo es que esta vez los franceses se dieron cuenta de que es necesario ir a votar. De esta manera, quedó claro que los fascistas (nacionalistas, neonazis, extremistas o como quieran llamarse) son una clara minoría.
Segolène Royal logró un 25 % heroico, sin un verdadero apoyo de su partido y con una fuerte campaña del oficialismo. Los partidos de izquierda, acertados a la hora de identificar al oponente, llamarona votar al PS para la segunda vuelta... aun cuando las propuestas de la candidata del PS no fueran de izquierda ni dejaran de ser neoliberales. Pero, a pesar de que por momentos socialdemócratas y conservadores parecen "darnos lo mismo", luego de cinco años de gobierno conservador, uno puede darse cuenta de que no son exactamente lo mismo.
De todas maneras, no alcanzó el esfuerzo y en la segunda vuelta ganó la UMP, con Nicolas Sarkozy a la cabeza.
Dentro de poco vendrán las elecciones legislativas, las que definirán el próximo gobierno en Francia y qué influencia tendrá en la Unión Europea y sobre el escenario mundial. Veremos qué resulte... aunque no se espera nada demasiado sorprendente.
